Bogotá, abril de 2020. El gerente de la Asociación Colombiana de Semillas y Biotecnología (Acosemillas), Leonardo Ariza, aseguró que “tanto las semillas nativas o criollas, así como las seleccionadas/certificadas, son la base fundamental de la seguridad alimentaria del país, y se hace más evidente justo ahora cuando estamos viviendo y asimilando los efectos de una situación como la del COVID-19”.
Al participar en la conferencia virtual “Conversemos sobre semillas nativas y certificadas”, organizada conjuntamente por Acosemillas y Agrosavia, a través de la plataforma de la red de asistentes técnicos Linkata, el gerente de Acosemillas explicó que el trabajo que vienen haciendo las comunidades ancestrales con las denominadas semillas nativas o criollas es fundamental en la soberanía alimentaria de los pueblos.
Además, consideró que son eje de intercambio, preservan la cultura y tradición de las comunidades, pero, además estas semillas contribuyen a la investigación y son una fuente genética, rica y diversa para los programas de fitomejoramiento.
“Las semillas seleccionadas y certificadas nos permiten enfrentar retos como el cambio climático con características genéticas estables, uso racional de agroquímicos y mayores rendimientos”, señaló Leonardo Ariza. Obviamente, enfatizó, que todo esto debe ir acompañado de buenas prácticas agrícolas y también de la coexistencia de los diferentes modelos tecnológicos.
Aseguró también que se requiere una mejor formación académica en semillas y biotecnología, ya que estas temáticas no se encuentran en la mayoría de los pénsum de las instituciones tecnológicas y universitarias, en carreras tan importantes para el sector agropecuario como la agronomía.
Y destacó que es indispensable la extensión rural, es decir, fortalecer la transferencia de conocimiento y acompañamiento en el campo, que es el verdadero corazón de la producción agrícola. A esto debe sumarse una efectiva comunicación rural, puntualizó el dirigente.
Ariza también hizo un llamado a las autoridades de gobierno y a los agricultores para atacar de forma contundente la piratería, que le ocasiona graves problemas tanto a los obtentores y productores de semillas como a la calidad de los alimentos y materias primas.
“La piratería en semillas para 2019, alcanzó niveles muy preocupantes: por ejemplo, solo en semillas de arroz se llegó a un 85% de semillas piratas, en algodón se llegó hasta un 30% de uso de semillas piratas, y soya alcanza un 50%, para el caso de papa ni se diga”, indicó el gerente de Acosemillas.
Ya en términos generales, los perjuicios para los productores de semillas de las diferentes especies, pueden llegar perfectamente a un billón de pesos.
“Se debe proteger y estimular la investigación y hemos pedido a las autoridades que nos ayuden a controlar y resolver este flagelo”, concluyó.
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