El sector productor de semillas en Colombia está preocupado por la piratería de estos materiales, lo cual afecta la productividad de los cultivos y desincentiva la investigación, frente a lo cual se firmó un pacto que busca, entre otras cosas, promover la legalidad.
En Colombia “hay un espacio interesante para desarrollar investigación mucho más apropiada en semillas forrajeras para la ganadería colombiana que ha mejorado mucho en genética”. Así lo planteó el gerente de Acosemillas, Leonardo Ariza, quien indicó que en este tipo de materiales Colombia está todavía cruda y la gran mayoría de las semillas utilizadas son importadas, principalmente de Brasil.
En cuanto a investigación de nuevas semillas, el país viene haciendo un trabajo juicioso en arroz y todos los materiales son producidos en Colombia. Sin embargo, hay empresas que han debido cerrar porque la piratería las acaba.
Por eso, se firmó un pacto por la legalidad de las semillas en el marco del Congreso Nacional de Semillas en el que participó la industria, los productores de semillas, los agricultores que producen arroz, maíz, soya, algodón, entre otros.
Las entidades firmantes de este acuerdo entre las que se encuentran Acosemillas, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), Fedearroz, Fenalce, la Cámara de la Industria de Alimentos Balanceados de la Andi, y la empresa Diagonal, decidieron dar este crucial paso para la legalidad del sector con el fin de lograr mejores y más rentables cosechas.
Es importante tener garantía de calidad genética, fisiológica, sanitaria, física, que esa semilla garantice éxito en el cultivo, aunque se debe tener claro que la semilla sola no opera el milagro, sino que se debe acompañar de buenas prácticas agrícolas, colocarlas en buenos suelos y en las condiciones correctas, recordó Ariza.
El acuerdo en mención promueve entre sus afiliados el uso de semillas certificadas, usando para ello la verificación de la factura de compra del material objeto de siembra y procesamiento, así como el hecho de respetar la propiedad intelectual en obtenciones vegetales y permitir la verificación de su cumplimiento por parte de sus titulares.
Con la firma del acuerdo se apoya, además, la investigación en las diferentes zonas del país, que conduzcan a la obtención de nuevos materiales vegetales, variedades e híbridos, con alto potencial de rendimiento, tolerantes a plagas y enfermedades de importancia económica, con buena adaptación a las condiciones agroclimáticas de las zonas en donde se desarrollarán las especies de interés.
Preocupa la ilegalidad
El dirigente gremial dejó ver su preocupación con el tema de la legalidad de la semilla. “La legalidad en el uso de semillas se deberá convertir en un pilar esencial para garantizar la equidad, la calidad y la continuidad de la producción”.
Por lo tanto, “es a través del respeto en cumplir con la normatividad establecida que se podrá garantizar el desarrollo e investigación por parte de la empresa privada que es la que hoy hace el gran esfuerzo en este campo, sin desconocer lo que hace la Corporación Agrosavia y algunas universidades públicas”, aseveró.
Ariza fue enfático en ratificar que se requiere hacer esfuerzos en el control a la ilegalidad para que se fortalezca la continuidad en los procesos del desarrollo de investigación en el mejoramiento vegetal y así poder tener de manera oportuna y adecuada las semillas requeridas y demandadas para las particulares condiciones geográficas de cada una de las regiones de Colombia.
De igual manera, señaló que “nuestro gremio trabaja en estrecha colaboración con las autoridades para garantizar la compra de semillas de calidad legal en los puntos autorizados por el ICA que incluyan un etiquetado preciso, una higiene adecuada y la garantía de que estas semillas no representen un riesgo para los campesinos que las siembran”.
Según cálculos de Acosemillas, el sector agrícola ha perdido más de un billón de pesos por el uso de semilla no certificada en las diferentes cosechas. Las regiones de siembra de cultivos comerciales y agroempresariales más afectadas por la piratería de semillas están principalmente en los departamentos de la altillanura (Meta, Casanare, Vichada), Valle del Cauca, Tolima, Huila, Córdoba, Cesar, Antioquia, Cundinamarca, Santander y Nariño.
Requerir la factura electrónica tras la compra de semilla certificada por el ICA en el momento que lo requiera cualquiera de sus actividades, es el fin del acuerdo que han firmado diferentes entidades del sector agrícola colombiano. El avance del acuerdo implementa, de forma independiente, distintos mecanismos para mejorar la producción agrícola, logrando con ellos el uso de semillas certificadas, factor esencial para ser competitivos en el mercado.
Fuente: Contexto Ganadero
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